Algo lenta debido a lo extenso de su metraje y a que realmente la historia que cuenta no es tan interesante como en el Señor de los Anillos. A pesar de ello consigue ser intensa en sus momentos de acción y por qué no reconocerlo emotiva ante el homenaje que esta película hace a sus predecesoras en el cine, aunque ésta sea la historia de cómo empezó todo.
El Hobbit sigue siendo una película mimada, donde cada detalle es importante y donde su excelente fotografia nos hace profundizar en la Tierra Media. No la que conocemos por el mapa de los hombres o los elfos, sino la Tierra Media de los enanos.
Porque en esta película son los verdaderos protagonistas. Y hay que reconocer que el reparto es excelente sobretodo el rey de los enanos. Espléndido, muy digno y sobretodo con un gran porte. En verdad da la impresión de que es un líder y es capaz de dirigir y alentar a sus hombres.
El problema parte de la obra original. Y con ello quiero decir que aquí queda muy plasmado el carácter de literatura infantil de la obra. A pesar de todas las batallas, de toda la violencia bélica y la acción el fondo es un cuento de hadas mucho menos profundo y adulto que el Señor de los Anillos. Y eso se nota.
La historia principal de unos enanos buscando recuperar su hogar, con un mal encarnado en un dragón y un grupo de vigilantes que se encargan de velar porque la paz prevalezca.
Como he comentado estamos ante el preludio de todo, y la tensión dramática está más bien marcada por los valores de lealtad que prevalecen incluso sobre los de la supervivencia. La exaltación de la amistad y el valor de enfretarse y encarar cualquier circunstancia sin perder la esperanza de una solución positiva.
Estas ideas se plasman sobretodo en la persona de Bilbo Bolsón. Él representa mejor que ningún personaje ese carácter humilde, honrado, valeroso y hasta cierto punto bobalicón.
Las recetas que encumbraron a El Señor siguen aquí, pero algo descafeinadas. Con escenas poco trascendentes como la reunión de los trolls o el juego de Gollum en la cueva.
El hecho de que los hombres y los elfos pasen como figuras secundarias y no lleguen a participar en la trama principal creo que hace menos interesante la película. Aunque los enanos están muy bien representados y están muy humanizados, manteniendo sus rasgos principales no dejan de ser un pueblo exiliado, nómada en busca de un destino representado aquí por La Montaña Solitaria. Y aunque visitemos ciudades enanas en escenas de "flash-back" no son ni el reino de Rohan ni el de Gondor. No paramos en esos lugares, ni vemos como viven sus gentes, ni entramos en la idiosincrasia de un pueblo.
Por ello, y lo anteriormente comentado creo que no llega a las altas cotas que El Señor alcanzó pero sigue teniendo ese toque mágico que a todos nos ha hecho soñar y emocionarnos con una historia donde los más humildes crean y moldean un mundo gigantesco con sus insignificantes acciones.
"En un agujero en el suelo vivía un hobbit"
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