Comedia británica con tintes de humor muy británicos. Una película de contínuos equívocos, escenas emotivas enmedio del sinsentido general y unos zombies que realmente dan muy poco miedo.
Porque esta película es una comedia desde el principio hasta el fin. Nada se toma en serio, ni las relaciones entre padres e hijos, ni los conflictos con las parejas sentimentales ni el fracaso en la vida laboral ¡Ni siquiera una invasión zombie!
Aunque si es cierto que existe una cierta crítica a los personajes que en parte nos representan a todos. Gente normal que gran parte de su vida malgasta su tiempo y pasan por el mundo sin hacerse notar y sin suponer ningún cambio positivo ni en su existencia ni en la de los demás. Esos vivos son los verdaderos zombies.
Centrándonos nuevamente en la cinta deciros que cuenta con algunos gags memorables y la película hace constantes guiños al espectador con multitud de detalles de los que para darte cuenta te tienes que fijar. O simplemente otros que resultan tan obvios para el espectador y de los cuales el protagonista ni se da cuenta que realmente te hacen reír a carcajadas ante la inocente estupidez de sus protagonistas.
Uno de los mejores momentos es cuand Shaun va al típico badulaque londinense, con restos de zombies por todo el supermercado y nuestro anodino londinense ni se entera. Tan concentrado como está en sus problemas domésticos sin ser consciente de que toda la ciudad está viviendo un verdadero apocalipsis.
Los protagonistas son todos ellos gente algo extraña y con unas vidas más bien aburridas. Los zombies les darán la oportunidad de convertirse en héroes aunque en realidad las cosas nunca salgan como se tienen previstas. Y es que Ed y Shaun y en general todos los protagonistas son creíbles dentro de la parodia general. Y es por ello que la película es capaz de ganar enteros ante la buena química de todo el grupo de colegas que trata de sobrevivir a una invasión zombi... a su peculiar manera
Sólo advertir de una escena un poco desagradable al final de la película, no muy apta para estómagos sensibles. Pero merece la pena ver una comedia inteligente, divertida y que ha sabido explotar muy bien los clichés del género para crear una parodia loca que se disfruta mejor viéndola con amigos.
"-¿Siguen ahí fuera?
-Sí ¿Qué podemos hacer?
-Pues... ¿Sentarnos?"